Empieza mi día a las 7:50 de la mañana. Lo primero que hago cuando suena la alarma es replantearme mi existencia por unos segundos, y a continuación procedo a levantarme de la cama, con el sentido de la orientación y del equilibrio un poco flojos. Me dirijo al baño, me miro al espejo y pienso: “María, que sueño Dios mío …”, y a continuación me lavo la cara para así sentir que no me acabo de levantar hace un minuto. Me siento en la silla de mi escritorio y enciendo el ordenador para comenzar mis prácticas a las 8:00 de la mañana. Abro Google Chrome, y procedo a buscar: Gmail…